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Estela, es una madre soltera de 35 años de edad, vive en un barrio marginal en Tegucigalpa; Honduras, tiene una pequeña casa, en donde hace falta de todo, y en grandes cantidades, pero sobre todo, hace falta el alimento. Estela vive con sus dos hijos, Diego y Estelita quienes a diario van donde el vecino, para poder comer, aunque sea una vez al día, ya que su madre no les puede brindar ni el alimento básico. Su esposo y padre de los niños; viene siendo el típico hombre Hondureño, pues la abandono hace ya cuatro años… ¿las razones? las mismas de siempre, una mujer más joven. Desde entonces ella ha tenido que ser padre y madre para los niños. Diego el mayor tiene nueve años de edad y estelita, tan solo siete, ambos en edad de estudios primarios, pero tan pequeños he inocentes que no tienen ni idea de lo que está pasando con su madre. Entre tos y tos, producto de una severa asma, sin olvidar los dolores, tanto en el pecho, como en su vientre, el estómago, y en cualquier parte de su ya cansado cuerpo, también está el recurrente sangrado vaginal, y una enfermedad denominada depresión, producto del desempleo, de no tener que comer, ni tampoco alguien con quien contar. Aunque ahora es difícil, disimula bien tanto agobio; los niños pasan, entre juego y juego, las horas; pues ya no van más a la escuela, no tienen dinero ni para asistir a una de gobierno, puesto que al final de todo, no es tan publica como debería, ya que carece de todo lo esencial para la enseñanza, y son los padres los que lo tienen que proveerlo; Necesitan un libro de ciencias naturales, uno de ciencias sociales, el de español y también el de matemáticas, sin olvidar un cuaderno de dibujo, también colores, lápices, papel para algunos trabajos manuales, y así la lista crese y crese. - Además, cuidadito se les olvide la cuota mensual para el vigilante, y también, la mensualidad para la señora del aseo, recuerden que tenemos, que celebrar el día de la madre, y la cantidad que tienen que traer es de L25.00 por alumno, y el lunes traen algo para comer, recuerden que eso, es por lo de la merienda escolar, blablablablabla -
Es imposible que Estela una madre sola y sin trabajo, con tres o quien sabe cuántas enfermedades, pueda darles todo esto a sus hijos. Un día se le ocurre la idea, de escoger a uno de los niños, para que sea él o ella quien pueda estudiar, pero no se ha podido, a causa de un ataque de asma, esta enfermedad que poco a poco se ha convertido en pulmonía, Estela ha tenido que empeñar algunos objetos dejados por su madre como herencia, y también pedir prestado algo de dinero a doña Zoila, que le recuerda; tiene dos semanas nada más para pagarle; con esto ya puede comprar algunas medicinas. Ella no ignora para nada, su estado de salud, pero mejor ocultárselo a de sus pobres hijos, ya suficiente tienen con ir a pedir un tiempo de alimento diariamente a casa del vecino, y ver como los niños de su edad van a la escuela, mientras ellos improvisan juguetes con los objetos que encuentran en el basurero.
Hace unos días, Estele cayó enferma otra vez, pero en esta ocasión no se trata de su avanzada pulmonía, sino de algo distinto, un dolor, que desde hace ya algún tiempo, ha venido sintiendo en el vientre, y que se ha convertido en algo realmente insoportable, sin obviar el sangrado cada vez más abundante. Los gritos de dolor no pueden pasar desapercibidos, los vecinos la han escuchado quejarse toda la noche. Doña Juana, le pidió a su marido Mauricio, llevar a Estela a emergencias del hospital escuela, -vamos pues - contesta el humilde pero servicial señor. Una vez estando en la abarrotada sala de emergencias, llena de un sin número de hombres y mujeres, todos y todas quejándose a una sola vos, por diferentes causas, pero grandes dolores. A Estela se le practican todo tipo de exámenes, los médicos sospechan que se trata de un cáncer cervicouterino, ya bastante avanzado, lastimosamente poco o nada se puede hacer por ella; aun así, le dicen que tiene que realizarse otros exámenes; - son algo caros, pero necesario se los practique - Dice el Doctor, a la cada vez más desesperada Estela.
Una vez de regreso en casa, y después de una larga noche, pensando cómo estarán sus hijos, se asegura que todo está bien, sus niños; algo hambrientos y preocupados, pero “bien”. Desesperada con lágrimas en los ojos, un profundo dolor en el pecho, que va más allá del dolor que proviene del asma convertida en pulmonía, y sin saber a quién más acudir. Estela, pide al único que le queda en la maltratada vida que lleva, el que según ella, la ama y no la abandonara jamás, el que tan solo con pedir, le concede lo que ella, y su pequeña familia necesitan, el único que sabe cuáles son sus penas, y sin duda la sacara de todo esto. De rodillas, se le puede ver la fe, en cada palabra que emana de su boca, pidiéndole a Dios por su salud, y por la de los niños, por que le ayude a encontrar un trabajo, para poderles dar de comer a Dieguito y Estelita, porque le de muchos años más de vida, ya que si ella faltase algún día, que va a ser de sus pobres criaturitas, sus niños amados, sus dos hijitos, que lo único que tienen en esta vida es ella, y el uno al otro claro está, - no tendrían con quien vivir, - que sería de ellos sin mí, oh mi Dios Ayúdame, te lo ruego, te lo suplico, te lo imploro… ayúdame por favor ayúdame Dios –. Se puede escuchar a Estela repetir esto con la garganta hecha nudo. ¿Quién los va a cuidar, y velara por ellos? sin más familia que esos pobres angelitos, que ven a diario el sufrimiento, y el hambre en su hogar, ignorando que su madre un día muy cercano ya no estará.
No sé, si es que Dios, no escucho las plegarias más que sinceras de Estela, o las de Diego, ni Tampoco las de Estelita, que también pedían lo mismo que su madre todos los días. O tal vez no ha escuchado las de María, Andrés, Diana, Olga, Pedro, Xiomara, Martha, Cristina, Eva, Oscar, Daniel, Ana, y de tanta y tanta gente que a diario le piden lo mismo, porque esto ocurre a diario en mi país Honduras, esto pasa todos los días en el mundo entero… Apiádate señor de nosotras, y nosotros, danos hoy el pan de cada día… Amen
Una historia basada en la vida real…
Por: Jazmin Zelaya